Mundo en reversa

El mundo avanza hacia una involución en varios flancos esenciales de la vida humana. Simentada bajo principios de paz y armonía entre sociedades, esta utopía parece no obtener asidero en un futuro mediato. La violencia conquista los lugares "más seguros" y la libertad se vuelve quimera. La heterogeneidad de sociedades, el interregno de un liderazgo global, convierte nuestra actualidad en un campo de batalla entre débiles y fuertes. Las odas que resuenan embelesadas en los tratados sólo configuran un puñado de buenas intenciones. Nuestro padecimiento fue cultivado por décadas formando las raíces mas profundas de odio. Los días pasan por medio de titulares lacónicos pero perturbadores, espejo fiel de las atrocidades que se viven en el globo. El hombre individualista de hoy, acorralado en su laberinto, descreído de la probidad de la política, de la paz y del respeto por la diversidad, empuja cada vez, por miedo y por ignorancia, hacia más violencia, hacia más reacción, hacia su propio funeral. No cabe duda que el azar no tiene cabida en ninguna argumentación seria de las causas que originaron las circunstancias actuales, que por más descripción laudatoria de nuestra actual humanidad y sus "avances", no es posible ocultar sus sangrientos retrocesos.

Cada uno de nosotros, espectadores y actores, contribuimos con esta realidad. Cada minuto de indiferencia, cada instante de silencio, es aceptación y entrega, es responsabilidad compartida. Mientras no volvamos propio lo que percibimos como ajeno, jamás podremos cambiar el rumbo en reversa que va tomando sin pausas este mundo.