LA INJUSTA CRÍTICA A LOS GENIOS

    Crueles con genios, venébolos con mediocres, e indiferentes con personalidades merecedoras de atención. La opinión pública, la opinión generalizada, aquella que la forman algunos pocos y la repiten muchos, fue de las peores juezas a la hora de resaltar logros y talentos humanos. Sólo la historia ha sabido reivindicar aquello que la opinión pública sentenció. Figuras tan reconocidas como Julio Verne, Van Gogh, Astor Piazzola, Tesla fueron fuertemente criticadas en su época por el sólo hecho de animarse a innovar, por diferenciarse del pensamiento "normal" de sus contemporáneos. Brillantes acusados de locos, disparatados, aportando desde distintas disciplinas, construyendo lo que los demás menospreciaban. A estos desafortunados la vida les planteó una lucha dura: ir firme y seguro contra la crítica.

Astor Piazzola: El genio asesino del tango: 

Astor fue un niño prodigio que de muy temprana edad aprendió a dominar el bandoneón. Entusiasmado a los 14 años tuvo la primera oportunidad de conocer a Carlos Gardel quien lo vió tocar y quedó muy satisfecho de sus capacidades. Sin embargo, recuerda Astor una frase que Gardel le dijo:

" Mirá pibe, el fuelle lo tocás bárbaro, pero al tango lo tocás como un gallego"

Astor había quedado tan encantado por tener la oportunidad de tocar para y con Gardel aquel momento que sus comentarios poco influyeron en sus sueños de ser compositor.
Quizás por sus influencias, su historia, sus maestros, y su personalidad, Astor no se vio muy seducido por el estilo estrictamente clásico del Tango, y esto fue volcado claramente en las composiciones que fue creando a lo largo de su formación y crecimietno profesional. Ante tanta novedad en sus creaciones, muy pronto comenzó a recibir el repudio y menosprecio de aquellos artistas considerados " los ortodoxos del tango" , que salieron a afirmar que lo que Piazzola hacía no era para nada " Tango" . Astor sufrió al principio mucho rechazo, sus obras no eran difundidas por las estaciones radiodifusoras y muchos comentaristas se mantenían en pie de guerra contra su arte. Los sellos discográficos incluso no se atrevían a editarla. Llegaron a considerarlo un snob irrespetuoso que componía música "híbrida", con exabruptos de armonía disonante. Pero en lugar de convencer a Piazzolla a volver a los órigenes clásicos, él se mostro obstinadamente fiel a su impronta:

Sí, es cierto, soy un enemigo del tango; pero del tango como ellos lo entienden. Ellos siguen creyendo en el compadrito, yo no. Creen en el farolito, yo no. Si todo ha cambiado, también debe cambiar la música de Buenos Aires. Somos muchos los que queremos cambiar el tango, pero estos señores que me atacan no lo entienden ni lo van a entender jamás. Yo voy a seguir adelante, a pesar de ellos.
Astor Piazzolla, revista Antena, Buenos Aires, 1954

La construcción de una confianza sólida en sí mismo fue la columna vertebral de sus años de composición y crecimiento. Astor defendió con vehemencia lo que creyó de corazón. Batalló contra la crítica, contra el repudio generalizado apoyándose fuertemente en aquellos mentores que veían en él un gran talento, como bien lo refleja en esta declaración sobre la compositora pedagoga Boulanger:

Ella me enseñó a creer en Astor Piazzolla, en que mi música no era tan mala como yo creía. Yo pensaba que era una basura porque tocaba tangos en un cabaré, y resulta que yo tenía una cosa que se llama estilo.
Astor Piazzolla


Julio Verne, un pésimo escritor para jóvenes:

Julio era un apasionado de la geografía, el mundo de la ciencia, el mar, los viajes a países lejanos y desconocidos. A los 32 años decide capitalizar años de investigaciones y muestra al editor Hetzel el manuscrito de una novela que luego se conocería como "Cinco semanas en globo". Hetzel encontró la novela interesante pero mal construida y de pésimo estilo, y señaló al joven autor los arreglos necesarios para que este manuscrito pudiese ser publicado. Verne reescribió su novela y el 24 de diciembre de 1862 vio la luz. El éxito fue tan grande que pronto llegaron mas relatos de viajes extraordinarios, como estilo literario original y propio. Sin embargo, no se puede silenciar la extraordinaria campaña denigratoria  a que fue sometido a raíz de la publicación de sus libros. Los literarios decían que estos libros estaban pésimamente escritos y que los jóvenes necesitaban modelos más clásicos para la formación del gusto. Los científicos añadían que las historias de Julio estaban repletas de errores, con lo que en vez de formar, se deformaba el sano criterio de la juventud. Este argumento, visto a a luz del tiempo transcurrrido, pierde su fuerza; primero, porque sabemos hoy que muchos de los fenómenos descritos por Verne procedían de su exhaustiva documentación personal; y segundo lugar, porque lo que entonces imaginó se ha visto realizado en gran parte durante nuestro siglo. La Tierra es hoy perfectamente conocida, el hombre domina el aire, el mar ha llegado a la Luna, etc.

Conclusiones:

Si tantos personajes hubiesen caído rendidos a la crítica impiadosa no hubieran llegado a desplegar tanto potencial, no hubiesen dado toda la riqueza que dejaron. Dudaron como todos, claro, pero aún así continuaron, en el fondo convencidos que ese era su camino, la única forma de vivir su vida, no por fama, no por reconocimiento, sino por propia convicción. 
¿ Qué es entonces la crítica sino un hecho que escapa de toda relevancia e interés? Un barómetro que marca con error la subjetividad más volátil de una sociedad que rechaza de entrada toda novedad, toda rareza, por miedo o ignorancia. La crítica no es sinónimo de justicia, la opinión pública no siempre hace un juicio adecuado de las cosas, porque es inevitable la imparcialidad, porque la diferencia de lo que es bello o feo, correcto o incorrecto, adecuado o inadecuado, la define quien la mide. Y aún con cargos, estudios, prestigio, no hay autoridad valedera, porque en definitiva la crítica es y será siempre la expresión más subjetiva del ser humano.
Todo indica que uno debe ser sordo a la crítica destructiva y desconfiado de la constructiva, porque aquel que habla desde la buena intención también puede equivocarse. Porque nadie escapa de la estrechez visual, nadie puede estar libre de filtros, nadie es dueño y señor de la verdad absoluta y objetiva.
Sólo una cosa puede guiar tus actos, el firme deseo de entregar lo mejor de ti. Porque nada que salga del corazón merece ser escondido.




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