IMAGINARIO DE UNA EMPRESA QUE SE VUELVE FAMILIA

     Imagina por un momento que trabajas con toda tu familia. Comprendo, podrías volverte un desquiciado demente con ganas de aniquilar a todos. Pero, ¿si te hablo de una familia elegida? Es decir, trabajar en una empresa cuyas personas han desarrollado un vínculo emocional estrecho tal que comparten más allá de las obligatorias 8 horas diarias. ¿Es demasiado imaginar una familia en el trabajo? ¿Es imposible que en un ámbito laboral se creen conexiones que superen la relación estrictamente profesional? Pues no les resulta imposible a todos: Amigos que emprenden un proyecto juntos, bandas musicales que nacen en el seno de una amistad de años, socios que deciden acompañarse en un proyecto, el concepto no es novedoso, aunque no popular. Rompen con la competencia, con la comparación, trabajando en comunidad, apoyando y contribuyendo a la meta en común. Las reglas de juego son distintas a las de las familias propiamente dicha (claramente hay obligaciones y responsabilidades que deben tomarse con el profesionalismo que requieren); pero específicamente el vínculo que se construye en el espacio familiar bien podría replicarse en una empresa. El sentido de afiliación y pertenencia, el espacio necesario de contención y reconocimiento, que necesita todo ser humano para estar bien emocionalmente, son características adoptables. Una empresa que promueva valores y principios que ayuden a sus miembros a que se sientan parte de una familia, que lleguen a quererse, valorarse y respetarse entre sí, bien podría conseguir valiosas ventajas por sobre las demás:

-Fin de la despersonalización: El compromiso de los empleados es en parte resultado de la calidad de la relación entre jefes y empleados, quienes se permiten conocer a los empleados cara a cara y sobretodo conocerlos como personas. Romper con la idea del empresario netamente capitalista que sólo contribuye con el dinero y se desentiende de las personas, ayuda a que las personas no sientan que están trabajando sólo para un capital, sino para el bienestar de otras personas, que por cierto, la sienten parte de su núcleo familiar.
-Condiciones más humanas:Una empresa con idea de familia puede plantear reglas más flexibles, y estar más sensible a cuestiones personales de sus integrantes, como así también  involucrarse mejor en sus necesidades contribuyendo a mejorar su calidad de vida en todos los aspectos.
-Autoridad y Responsabilidades: Bajo este concepto de "empresa-familia", informalmente comienza a construirse una red de responsabilidades y funciones que van definiéndose en función a las habilidades y aportes de cada integrante. Asimismo, el manejo y directrices las tomará quien logre cultivar un liderazgo natural dentro del grupo. Sin imposiciones o mandatos escritos, sino como resultado de una necesidad de ordenamiento y funcionalidad. Las decisiones comienzan a gestarse bajo un clima democrático de activa participación.

Pero, funcionaría para todo tipo de negocio y/o de personas?

Obviamente que una familia de 1000 integrantes es difícil de unificar. Lo ideal son grupos pequeños, por ello las PyMEs son los casos que más se destacan bajo esta estructura. Las mega corporaciones no son resultados saludables de empresas, al menos bajo este concepto. Es importante resaltar que muchos negocios hoy funcionan con reglas muy inadecuadas, pero son exitosos, en términos financieros. La excesiva concentración de capital es una consecuencia criticable de este sistema capitalista, como así lo es también la excesiva especialización de tareas que definen para sus empleados.
En cuanto a sus miembros, este sistema sólo se consigue con trabajadores empáticos, capaces de pensar en los demás, de querer contribuir, de permitirse desarrollar un fuerte sentido de afiliación que los hará trabajar por el bien del núcleo familiar.

CONCLUSIONES:
 No es un requisito en el trabajo caerse bien con sus compañeros, pero podría ser una meta si lo que se busca es fomentar una convivencia sana. El sentido de familia se construye y debe empezar desde arriba, de mano de los dueños, jefes, fundadores. Ellos esbozan los principios y valores que terminan impregnando el clima de una empresa.  En un país donde las pequeñas empresas son las que captan la mayoría de la masa laboral, bien podía comenzar a imaginar en miles de "familias" empujando la producción y economía de sus ciudades, provincias y regiones , manteniendo la armonía y felicidad de sus integrantes.
Entiendo que una empresa no se trata de una espacio de contención y amistad, sino un proyecto para obtener un rédito a quienes han puesto el dinero. Pero No hablo de hacer "sociales" y olvidarse de cumplir con obligaciones. No hablo de improductividad y distracciones, sino de construir un ámbito, un clima que potencie las ganas de trabajar, de contribuir, de aportar con fuerzas en algo común, en algo que nos traiga mucha satisfacción. ¿Cómo no apoyar la idea de cultivar una familia si los beneficios en todos los aspectos son evidentes?.Quizás perdemos el tiempo pensando en organizaciones piramidales, burocratizadas, despersonalizadas, sin corazón y sin alma, cuando en realidad lo que las personas necesitan es un espacio social agradable que propicie el pleno aprovechamiento de su potencial. Hombres con alma construyendo un aporte a la sociedad, alineados a una meta clara, que permita dar perdurabilidad al proyecto de negocio y les retribuya económicamente lo suficiente para llevar una vida sin privaciones. Al fin de cuentas, si este sistema nos reclama tantas horas en el trabajo, no es menos esperar formar una "familia", quizás al menos un vínculo afectivo.  






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