VERDADES PARA INVERTIR EN TIEMPO DE CRISIS
Tras la crisis que atravesó el
país en el 2001, muchas variables macro y microeconómicas se comportaron de una
manera que podrían ser referenciales ante una eventual recesión económica a
futuro. Argentina tiene mucha historia rica en catástrofes de este tipo para
rescatar un valioso aprendizaje. Es necesario definir las siguientes verdades muy útiles para aquellos que decidan
embarcarse en una tormenta:
No todas las Demandas se contraen: Puede que la demanda global muestre un
descenso en época de crisis, pero no todas las demandas de productos siguen la
misma tendencia. Ante la problemática económica las personas comienzan a
comprar de diferente manera y bajo otros criterios. De acuerdo a un informe
publicado por la Universidad de San Andrés, tras la crisis del 2001 los
primeros rubros sobre los cuales los consumidores cambiaron sus hábitos fueron:
¨Limpieza y Hogar¨, y en ¨Cosméticos/Tocador¨, prefiriendo segundas marcas o
reduciendo su nivel de consumo. En el caso de los alimentos podemos ver
puntualmente que la venta de leche en polvo desde 2001 a 2002 creció un 31%, las harinas un 25%, e igual tendencia siguieron la yerba mate y el
arroz (1). En toda crisis la clase
media y baja son las más afectadas, restringiendo principalmente consumo
relacionado al esparcimiento (restaurantes, cine, teatro, clubes) o bienes
suntuosos. No sucede lo mismo con la clase más alta poseedora del mayor
porcentaje de la riqueza, quienes no ven afectados sus hábitos de consumo. Es por
ello que es importante que definas muy claramente tu nicho de mercado si
quieres iniciar una empresa.
Siempre existen nichos de mercado
adonde apuntar: Por la misma razón que no toda la demanda se contrae,
el nuevo comportamiento de los consumidores abre nuevas opciones de inversión.
Tras la debacle, los negocios que mejor funcionaron fueron los que apuntaron a
productos de primera necesidad, y donde primaba el precio como ventaja competitiva. En el mundo de los servicios, se
vio un gran crecimiento de almacenes de barrio, talleres de autos,
reparación de celulares y agencia de autos usados. Tras el 2001,¨cada 100 personas que compraban en un
hipermercado, 95 también lo hacían en un negocio de barrio“(1*) . También
se vio a grandes compañías retirando del
mercado sus productos menos exitosos y centena de bienes importados que dejaron
de entrar al país, descongestionando así el mercado y apareciendo varios nichos
atractivos sin atender.
Es la oportunidad de comprar a precios bajos: Así como sucede en el mercado de valores,
cuando la economía va en descenso todas las cosas van en picada y se configura
un escenario propicio para la compra. Muchas empresas que ven inviable su
continuidad son liquidadas a precios muy bajos. Grupos económicos aprovechan
para concretar absorciones o fusiones con empresas que agonizan. En la economía
doméstica, muchas familias se ven apresuradas por vender sus propiedades hipotecadas o vehículos
usados de modo de sobrellevar el malestar general. Si cuentas con una
sólida espalda financiera, podrías aprovechar en adquirir estos bienes o
incluso fondos de comercios y
soportar el paso de la tormenta hasta que los valores vuelvan a recuperarse.
Las crisis en nuestro país son temporales y al cabo de algunos años el panorama
se tornará más optimista.
Circula más Mano de Obra calificada: Otra ventaja que favorece a un
emprendimiento en época de crisis es la elevada masa laboral disponible en el
mercado. Tras recortes presupuestarios abruptos por parte de las empresas,
muchos trabajadores calificados se vieron en la calle en busca de un empleo
provocando que la creciente oferta laboral incline los salarios hacia abajo,
favoreciendo así los costos del empresariado. Según datos dados a conocer por
la Fundación Grupo Innova (2), cerca
de 55.000 graduados de universidades y terciarios en el país durante el 2002,
entre los 20 y 29 años de edad, no contaban con un empleo. El informe
señala que la tasa de desempleo para universitarios y graduados de terciarios
fue de 11,75% y 12,93% respectivamente, lo que significaba un crecimiento del 90%
respecto a la del año anterior.
La financiación más atractiva es la
propia: En época de crisis
es muy difícil conseguir inversionistas arriesgados que apoyen un proyecto. En
cuanto a los Bancos, los requisitos son más severos y las tasas más altas, con
el adicional de que el contexto es bastante complejo y puede correrse un grave
riesgo si las cosas no suceden como lo esperado. Salvo que obtengas un préstamo con tasa subsidiada por el Gobierno, la
mejor decisión de financiación externa es no necesitarla: reduce la inversión todo
lo que puedas e incluso compra elementos de segunda mano en lugar de nuevos. El
riesgo asumido será menor.
Fuentes:
1.- ROBERTO DVOSKIN, Universidad de San Andrés (Abril 2006, Argentina) ¨ El consumo en Argentina postcrisis ¨
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